Esta población, la situada más al sur de la provincia de Pontevedra, ofrece vistas privilegiadas sobre la desembocadura del río Miño. Además, cuenta con importante patrimonio arqueológico y playas marítimas y fluviales.
Subir al Monte de Santa Tecla, o Santa Tegra, es retroceder más de dos mil años en la historia de Galicia, cuando los pueblos celtas habitaban estas tierras.
En castellano sería Castro de Santa Tecla, uno de los más grandes yacimientos arqueológicos perteneciente a la cultura castreña y el más emblemático y visitado de los castros gallegos.
Desde este lugar, situado a 341 metros sobre el nivel del mar, puede verse la desembocadura del río Miño en el océano Atlántico. Se trata de un Monumento Histórico Artístico Nacional y un Bien de Interés Cultural.
Sin ninguna duda, es un lugar para visitar. Su innegable interés cultural e histórico rivaliza con las excelentes vistas del paisaje que puede verse desde el Monte de Santa Tecla.
Desde lo alto el Monte de Santa Tecla, en A Guarda (La Guardia), podemos encontrar una vista privilegiada de la desembocadura del río Miño, frontera entre España y Portugal.
El río Miño es el río más largo de Galicia, con 315 kilómetros de longitud. Nace en la provincia de Lugo y finalmente desemboca en Pontevedra en el océano Atlántico, en el estuario de A Guarda (La Guardia). Sus últimos kilómetros son navegables.
Otro de los atractivos inherentes al río Miño es su tradicional relación con la superstición y la mitología local, que ya desde antes de los romanos tenía presencia en historias populares.
Recorriendo el río Miño hacia el interior llegamos a Tui, donde se puede visitar la Catedral y más tarde dar un salto a Portugal para ver la Fortaleza en Valença do Minho.
Las dos ciudades, comunicadas por dos puentes que cruzan sobre el río Miño, vinculadas históricamente pero separadas por la frontera, forman hoy en día una “eurociudad”, colaborando entre ellas para la gestión de recursos y la promoción conjunta.
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